lunes, 11 de marzo de 2013


La casa Romana. Estructura y Evolución. Conferencia de Lucía Gómez Robles.

Casa tipo Itálica.

Todas las casas romanas, a pesar del paso del tiempo, y de las modificaciones que se pudiesen haber llevado a cabo en cuanto a tipología en ellas, guardan una misma estructura similar, cuyas partes más significativas son:

-       Triclinium: era el lugar de encuentro de la casa. Estaba formado por una estancia generalmente cuadrada en la que se disponían de manera perimetral tres camas. Eran espacios muy decorados, apareciendo dicha decoración en el espacio central, quedando los laterales con un carácter pobre.

-       Tablinum: Es un espacio que se caracterizaba por abrirse al atrio, quedando cerrado con puertas.

-       Atrium: Es un espacio diáfano, sin columnas. La estructura que salva esa luz está constituida por dos grandes vigas sobre las que se apoya el resto del conjunto estructural.

-       Larario: Era un pequeño altar situado por normal general en el centro de la casa y que se usaba para realizar diferentes oraciones y ofrendas a los Dioses.

-       Cubiculum: Es un espacio reducido, decorado con mosaicos, y que normalmente se encontraba cerrado.

-       Termas: Aparecen como una evolución más de la domus. Se caracteriza por la presencia del hipocausto, caldera inferior a la solería que permitía calentar el espacio. Su interior solía ser marmóreo.
Esta tipología de casa en determinadas zonas, debido a las características propias del lugar, junto con la riqueza económica, posibilita que se desarrollen y tomen mayor complejidad. Uno de estos lugares es Roma, en donde se asumen las formas griegas a través del peristilo, mediante exedras posteriores, espacios que se usaban como lugar de encuentro dentro de la casa. A medida que la casa fuese de un ciudadano de mayor rango social, aparecen nuevas estancias, en este caso de servicio, que se podían ubicar tanto en planta baja como en planta alta, en caso de su existencia.

Organización Planta Domus


Otro de los elementos que podían variar el proyecto de la casa (y que aún en la actualidad lo siguen condicionando) son las medianeras. En caso de que hubiese medianeras, la casa romana en general presentaba modificaciones en torno a los recorridos que en ella se llevaban a cabo, apareciendo nuevas puertas abiertas hacia la calle.

Esta evolución de la tipología de casa romana tiene uno de sus máximos referentes en la Casa del Fauno. En ella se multiplican los espacios, pero en todo momento se mantiene la tipología de casa romana tradicional. El atrio se desdobla y ya no es sólo uno el que aparece. De esta manera, en la casa se desvirtúa su espacialidad y formalidad primigenias, debido al conjunto de actividades que se desarrollan a lo largo del tiempo.

En cuanto a las cubiertas, aparecen un gran número de tipologías, presentando las domus estancias techadas bajo cubierta inclinada y otras bajo cubierta plana. Además, aparecen en cubierta las bóvedas, que generalmente se usan en lugares como las termas. En los faldones de cubiertas inclinadas, por norma general, se usa la teja, la cual tenía una canal plana, con los bordes laterales levantadas y la cobija curva, realizadas por lo general de material pétreo o de arcilla.

En cuanto al pavimento, en las domus se usaba una mezcla de piedra junto a materiales cerámicos vitrificados, que se disponían en los mosaicos. La piedra se usaba por lo general en estancias de un carácter más reservado, así como en la entrada de la casa, para dar continuidad al pavimento de la calle, y así poder realizar la carga y descarga de mercancía sin peligro de estropear elementos más valiosos.
Otro de los elementos de referencia en la decoración de las casas, era la pintura mural. Estas pinturas se caracterizaban por representar en la mayoría de los casos elementos geométricos sobre fondo blanco.
En lo que se refiere a las características constructivas de la ciudad de Volubilis, aparecen peculiaridades derivadas de la zona en la que tiene lugar el asentamiento.

En contraposición del hormigón típico romano, en el que se cogía piedras de pequeño tamaño y se mezclaban con mortero, en este caso se usan bloques de piedra más sillarejo que junto a las columnas utilizadas, de carácter monolítico, le confiere al conjunto una pesantez de más relevante. Aparecen además, mosaicos, con colores muy variados de los que se conserva algunos ejemplos, mientras que en lo que a pintura se refiere, no se conservan muchos.

Análisis de las diferentes domus:









REFERENCIAS
ÁNGULO IÑIGUEZ, Diego (1978): Historia del Arte. Tomo I, RAYCAR, Madrid
SÁNCHEZ, Mª Ángeles (1998): La Casa Urbana Romana y su Ajuar, Museo Arqueológico Nacional, Madrid

Escultura Romana, mármol y bronce. Investigación.



Máscara Mayorum
En el plano escultórico, Roma recibe la tradición griega y la hace suya, como ocurre con el resto de las artes, ya sean gráficas, plásticas o técnicas. En el plano escultórico, además de la tradición griega, Roma recibe la influencia etrusca, asumiendo ambos modelos y desarrollándolos bajo unas nuevas directrices. En la antigua Grecia los elementos escultóricos que tuvieron un mayor desarrollo y excelencia fue el de la escultura-retrato, mientras que en el arte etrusco fueron las llamadas “mascaras mayorum”, que consistían en máscaras de cera que se aplicaban en el rostro de los difuntos para realizar el culto postmortem.  El elemento que mejor se desarrolla en la escultura romana es precisamente el retrato, gracias a que saben aunar bajo un mismo estilo ambos movimientos anteriores, hacerlos suyos, y crear un nuevo estilo propio, diferenciado de los anteriores, y con una grandeza incuestionable.

El retrato romano, en un principio, es una tipología en la que solo se representan la cabeza y cuello, avanzando con el tiempo hacia un tipo más conocido en la historia del arte, el busto, en el que también se incluyen hombros y parte del pecho del retratado.
En el ámbito del retrato, parece ser que otro de los subestilos desarrollados es el del retrato ecuestre del emperador, pero es un estilo que no se puede conocer directamente por los restos de escultura que quedan en los diversos yacimientos, sino por escritos, ya que sólo se ha encontrado un retrato de este tipo. Sin embargo, es la primera vez que se vincula a la figura del emperador a este tipo de figura, marcando un antes y un después en la escultura, y creando una manera de trabajar que tendría su máximo exponente en el barroco italiano, que tomaría, desde la óptica del renacimiento, la cultura romana como referencia para trabajar.

En un principio, la escultura del retrato en Roma es hecha para los emperadores, pero a medida que la sociedad se fue desarrollando, fueron cada vez más los ciudadanos acaudalados que contrataban sus propios bustos, ampliando los caracteres de los personajes retratados. Además, por norma general, aparecen varios tipos de retrato, en función de la vestimenta y los atributos que se le diesen al personaje:

-          Retrato Togato: en él se representa al personaje divinizado mediante la colocación de una toga y un manto sobre la cabeza.


-          Retrato Toracatos: se otorga un trato terrenal al personaje, apareciendo vestido en todos los casos con una coraza, lo que hace alusión a un carácter militar de la sociedad.

-          Retrato Apoteósico: de nuevo se hace referencia a la divinización del ser humano por medio de la corona de laurel y los atributos divinos, siendo representado la imagen de hombre por medio del desnudo del mismo.
Este tipo de obras no se mantiene constante en estilo a lo largo de todo el tiempo que la Civilización Romana mantiene todo el poder, sino que a lo largo del tiempo va evolucionando hacia técnicas y acabados más refinados, hecho que se fácilmente observable en los ojos y las diferentes maneras de representar la el cabello.

Etapas:
-          República: es un busto de la primera etapa, apareciendo reflejados solo la cabeza y el cuello, y quedando marcados los rasgos faciales de manera muy acentuada, lo que hace alusión a la tradición etrusca de las máscaras mayorum.

Busto Augusto
-          Época de Augusto: constituye un periodo en el que se idealiza la figura humana, buscando en todo momento disimular los posibles rasgos acusados en el modelo, por decirlo de alguna manera, parece que se buscan “rasgos femeninos” en toda creación escultórica. Se tiene especial cuidado por el cabello, que comienza a ser tratado con un acabado más natural, alargando los mechones con respecto a la anterior etapa, así como representándolos de manera suave y ondulada. En el caso de la mujer, el cabello puede aparecer recogido en la parte posterior de la cerviz, o en forma de nodus, sobre la parte delantera de la misma.

-          Época de Flavios: es el momento en el que mayor esplendor se consigue en la escultura en Roma. En el aspecto del retrato, se busca representar los rostros tal y como son en la realidad, dejando de lado las idealizaciones y abogando por el realismo. Los bustos de esta época se alargan y en ellos por primera vez quedan recogidos los hombros y la parte superior del pecho, quedando el cabello abultado, apareciendo claroscuros, aspecto que será llevado a su culmen en la escultura barroca, con autores como Bernini.

-          Escultura romana s. II y III: aparecen rasgos barrocos en la escultura, desarrollándose el cabello en gran medida, quedando separado de la cabeza, y quedando escúlpido en busca en todo momento del claroscuro. Además, comienzan a surgir trazos que reflejan la búsqueda del movimiento en la escultura, un aspecto que es puramente barroco. Es en este momento también cuando se comienzan a esculpir los ojos.

-          Siglo IV: esta útima etapa queda marcada por la aparición del cristianismo, que influye en la escultura deshumanizándola. Se pierde la preocupación por reflejar la naturalidad del hombre, y que trata de ensalzar la figura del emperador elevándola sobre la sociedad. Las facciones son desproporcionadas y el trato del cincel es duro.

No obstante, aparecen otros tipos de escultura realizada tanto en mármol como en bronce, es que es la escultura de cuerpo entero. En ellas, el personaje actor podía aparecer de pie o sentado, siendo frecuente la postura de pie en hombres y en mujeres sentada.


REFERENCIAS
ÁNGULO IÑIGUEZ, Diego (1978): Historia del Arte. Tomo I, RAYCAR, Madrid
ArteEspaña. Grupo. Actualizada: 03 mayo 2009. [Fecha de consulta: 11 marzo 2013]. Disponible en: http://www.arteespana.com/esculturaromana.htm
Wikipedia, Grupo Autor Anónimo. Actualizada: 06 marzo 2013. [Fecha de consulta: 08 marzo 2013]. Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Escultura_de_la_Antigua_Roma


La Ciudad Romana. Volubilis

Plano Ciudad Tipo romana
La ciudad romana de nueva planta, como el campamento, es de forma cuadrada o rectangular, con una puerta en el centro de cada lado, correspondiente a sus dos calles principales, el Cardo, que es la mayor, y el Decumano, o transversal. En el punto de corte del Cardo y el Decumano se solía disponer el Foro, que es el espacio que representa el ágora para los griegos. Sin embargo, en contraposición a la humildad de la decoración de las stoas griegas, en Roma se aporta un carácter artístico y monumental. En un primer momento, el foro surge como un lugar de encuentro y como lugar de comercio, y que a medida que van desarrollándose la complejidad urbana, estos centros se convierten en auténticos centros sociales. Dentro del foro, por norma general, los edificios se distribuyen de forma ortogonal, dejando el punto de corte del Cardo y Decumano por debajo del centro del mismo, siendo el “ombligo” de la ciudad.


El Foro de mayor importancia es el de la ciudad Roma, que se caracteriza por estar situado en un estrecho valle en la parte inferior de la colina Palatino. Desde el principio se levantan en él un conjunto de monumentos públicos, ligados a la historia romana. Los edificios y elementos conmemorativos llegaban a tal punto en su cantidad, que la anchura de la calle principal no era superior a 4 metros. En el testero, sobre el Capitolio, se levanta el Tabularium, y a su lado, el templo de Júpiter Capitolino. A sus pies, se encuentran los templos de la Concordia, de los Dioses Consentes y de Saturno, y, ante ellos, presidiendo la explanada principal del Foro, la Rostra, que era una plataforma en donde se realizaban arengas públicas. A ambos lados, y de manera longitudinal, se disponían la Basílica Julia y el Templo de Cástor y Polux, así como el Arco de Severo y la Basílica Emilia. En la parte posterior se disponen el templo de Julio César y el de Vesta, quedando por detrás, y a mayor cota de altura, el templo de Venus y Roma, y por la del Palatino, la Domus Tiberiana.
Planta Foro Roma
Sin embargo, llega un momento en el que la cantidad de edificios construidos en el Foro ya no permite seguir edificando en esos terrenos, lo que obliga a empezar a desplazar nuevos foros fuera del perímetro del espacio que en un principio habían ocupado los anteriores. Estos son los llamados Foros Imperiales, entre los que destacan el Foro de Augusto y el Foro de Trajano, siendo el primero que se crea para tal fin el Foro de Cesar. Todos estos nuevos foros se crean asumiendo la formalidad de la simetría axial.
En general, las puertas son sencillas, pero en algunos casos las puertas se conciben desde la monumentalidad y la escenografía, como la Puerta Mayor de Roma. El foro, sin embargo, es el lugar donde se encontraban los edificios de la administración pública, así como los templos. Las ciudades, además, se encontraban rodeadas de unas potentes murallas para poder realizar de manera correcta. Estas, a medida que la amenaza exterior aumenta, son reforzadas con torres salientes, que también se adoptan para flanquear las puertas de las ciudades. Este hecho es claro en el ejemplo de la Puerta Negra de Tréveris, ciudad fortificada próxima a la frontera con Germania. En España los recintos amurallados de mayor importancia son las ciudades de Carmona, Barcelona o Lugo.


Planta Foro Pompeya
Otra de las ciudades de mayor importancia en lo que se refiere al urbanismo es la ciudad de Pompeya. En ella se da un paso más en lo que a organización en planta se refiere, ya que el mercado se desplaza del foro, de tal forma que en él sólo quedan el conjunto de edificios gubernamentales. Los laterales de la plaza son los lugares elegidos para la disposición de los elementos ornamentales, que en este caso son estatuas, configurando un espacio central de carácter puramente público. El “ágora” tenía forma rectangular, quedando en la parte más alejada el Templo de Júpiter, que además, mediante la disposición de un arco en la parte delantera, quedaba enmarcado profundizando y encuadrando su perspectiva. Junto con Pompeya la otra gran ciudad romana que se conserva en la que se puede leer de manera clara su urbanismo es Herculano.

El caso de Volubilis presenta unas características especiales debido a su ubicación. Se conoce que existe presencia humana en este lugar desde el siglo III a.C. con el establecimiento de un asentamiento cartaginés, de cuyas trazas han aparecido ruinas. Este asentamiento fue anexionado al Imperio en el año 42 d.C., llegando a tener una población de 20.000 personas que en su mayor parte se dedicaban a la agricultura. Los elementos, en ruinas, que mejor se conservan y cuya lectura es más fácil son:
-        Foro, Basílica y Templo de Júpiter: Se encontraban en la parte alta de la ciudad y configuraban el centro público de la ciudad. Según la costumbre romana, estos edificios de carácter público se disponen en la parte superior de la ciudad, en donde la cota es más elevada.
-       Termas: Se leen debido a la presencia del hipocausto. Eran un punto de encuentro social.
-       Arco de Caracalla: Construido en el 217 d.C., se realiza en homenaje al emperador y su madre. Su ubicación responde al urbanismo imperial, ya que se encuentra edificado en la vía del Decumano. Se ejecuta con mármol y en su parte superior se conoce la presencia de una cuadriga de bronce.
El elemento más importante en el aspecto decorativo son los mosaicos, que decoraban los elementos residenciales de personas de mayor nivel económico, político y social.

La casa romana, a su vez, constaba de numerosas tipologías, de manera que se podían dar Villas Campesinas, Domus o las Insulae.
Las domus adoptan elementos griegos, como es un patio como elemento ordenador de la casa. Suelen aparecer además, un jardín trasero con peristilo, que potencia la axialidad del espacio. El paso se produce a través del atrium, disponiéndose a los lados las diferentes estancias que componen la casa.
Las insulae eran viviendas colectivas que se desarrollaban en altura. Surgen de las domus y a medida que se necesita se puede ampliar una planta hasta alcanzar un máximo de 3 ó 4 plantas. Por norma general, las insulae no medían más de 60 pies, que equivale a 18 m de altura.
El conjunto de las grandes ciudades romanas se encontraban a su vez unidas mediante una profunda red de calzadas, que bajo un sistema constructivo de gran resistencia, permitían la correcta relación de las diferentes urbes.
En la Tabula Peutingeria se reconocen las relaciones que existen entre todas las ciudades del imperio de una manera clara, configurando el primer plano de escala geográfica que se conoce.








REFERENCIAS
ÁNGULO IÑIGUEZ, Diego (1978): Historia del Arte. Tomo I, RAYCAR, Madrid
SÁNCHEZ, Mª Ángeles (1998): La Casa Urbana Romana y su Ajuar, Museo Arqueológico Nacional, Madrid
Domus Romana


La domus romana constituye una tipología compleja en sí misma en lo que se refiere a organización interna espacial, que responde a un conjunto de necesidades sociales, en contraposición a la tipología griega, en donde era la necesidad privada la que constituía el germen de la vivienda. Este hecho queda recogido por diversos autores entre los que destaca Vitrubio, quien en su libro IV de la Arquitectura habla de este hecho.
La Domus Romana es una tipología fácilmente adaptable  las necesidades propias de cada familia, estableciéndose lugares privados en función de las características de la unidad familiar, que en general estaba constituida por un matrimonio y sus hijos, y que podía albergar también otro tipo de parientes así como esclavos, apareciendo espacios secundarios destinados tanto a tareas de servicio como de estancia temporal.
En dicha estructura familiar se distinguían con claridad, y tomaban un mayor rango en la jerarquía interna, los vernaculi, es decir, los hijos del matrimonio nacidos en la domus. Éstos contaban con estancias propias y no dependían de la caridad del germen familiar, como ocurría con los parientes. El caso extremo, el de los esclavos, que contaban con un lugar de trabajo pero no uno de estancia, y que se tiraban al suelo incluso para dormir.
La costumbre social entorno a la cual casi se organizaba toda la casa era el acto del banquete, siendo éste un acto en el que el romana demostraba ante su familia, amigos y el conjunto de la sociedad su nivel dentro de la misma.
Por norma general, las domus eran de un solo piso, aunque en determinados casos podía ocurrir que debido a las necesidades de la familia, se pueden añadir cuerpos superiores para dedicarlos a elementos de servicio, estancias para alquiler o pequeños espacios para alquilar. Sin embargo, sobre todo en ciudades de una gran población, como por ejemplo Roma, aparece una nueva tipología, que surge a partir de la domus, y que es la ínsula, que se corresponde con la tipología en la que hay varios pisos con varias familias viviendo en el mismo inmueble.
En un principio, en la antigua Roma, se adopta como propia la tipología de casa etrusca. Esta se caracterizaba por una serie de espacios articulados entorno a un foco central. Así, la puerta a la calle se abría un espacio interior, el vestíbulo, desde el cual se accedía al elemento central, el atrio, que podía estar porticado o no, y con columnas adosadas a las paredes. Este era el punto central de conjunto de espacios, quedando organizados, de manera radial el resto de estancias. Así, aparecen los cubicula o dormitorios espacios que generalmente eran de carácter reducido debido a que, por el carácter público de la vida romana, la presencia de personas en ellos era casi anecdótica. Uno de los elementos que solía aparecer en el centro del atrio era el impluvium, un elemento que funcionaba como alberca y que servía de lugar para recoger el agua de lluvia que caía directamente desde la cubierta. Frente a la entrada se ubicaban los espacios sociales más significativos, el tablinum y el triclinium. El primero era el lugar de recepción, mientras que el segundo era el comedor de la casa. Por último, es importante destacar otros espacios, entre los que destaca la culina (cocina), punto al cual se accedía desde el atrio, punto donde también solía ubicarse un pequeño altar. Es importante destacar, que las domus solían tener un hortus, que era un pequeño huerto propio de cada familia y que aportaba las hortalizas comunes para el consumo familiar.


La Domus Compleja de finales de la República

A medida que los territorios romanos se expandían, también lo hacía su cultura y esto se traducía en una mayor complejidad en el desarrollo de la tipología de la domus. Al estar en contacto con la antigua civilización griega, al anexionar sus ciudades, se adoptan nuevas formas de decorar y de conseguir espacios más ricos. Así, las domus comienzan a ser mucho más complejas y grandes, debido a la gran cantidad de estancias de servidumbre que se comienzan a necesitar. Esto, unido a una mayor especificación de los espacios, ayuda a que la riqueza tipológica aumente, apareciendo nuevas estancias como el triclinium (estancia para verano), el oeci (sala de fiestas) o la exedra.  Además, otros espacios que aparecen esporádicamente en esta domus compleja son la biblioteca, la sala de tertulia o los baños. Debido a la imposibilidad de ampliar la casa hacia la calle, se asume que el sentido de crecimiento de la casa debe ser de carácter longitudinal, en altura, o en caso de las familias con un mayor nivel social y económico, se podía optar por unir varias casas a forma de ampliación. En este caso, aparece una estructura porticada de columnas, descansando sobre ellas el voladizo interior de la cubierta, siendo llamado este conjunto el peristilo. Esta estructura se dispone en la parte posterior de la vivienda, espacio que con anterioridad era ocupado por el hortus. Este lugar se convierte en un nuevo foco de reparto espacial de la casa, abriendo espacios, entre los que destacan comedores de verano e invierno, salas de reposo, dormitorios, etc. En caso en el que se queden trazas de jardín en la casa, aparecerán decoraciones con árboles, plantas y flores, pérgolas, esculturas y fuentes, e incluso en algunos casos, aparecerá un triclinium para poder comer al aire libre.




Materiales y técnicas de construcción

La construcción de los edificios, tal y como ocurre en la actualidad, comienza con la disposición de los cimientos, de manera que sean el soporte estable sobre el que poder desarrollar la tipología de domus. Sobre estos cimientos se edifican muros de piedra o ladrillo, quedando su interior relleno por el material por excelencia romano, el hormigón, que por lo general, en las domus era el opus caementiciun. Éste está compuesto por trozos de piedra, ladrillo y cascajos unidos con mortero líquido. Las separaciones interiores, es decir, la actual tabiquería, estarían resuelto con una estructura mucho más ligera. La parte superior, la de cubierta, quedaba resuelta mediante una estructura de madera sobre la que se disponían piezas cerámicas en forma de teja. Éstas podían ser de dos tipos: la primera re tipo rectangular (tegulae) o semicilíndricas (imbrices).







REFERENCIAS
ÁNGULO IÑIGUEZ, Diego (1978): Historia del Arte. Tomo I, RAYCAR, Madrid
SÁNCHEZ, Mª Ángeles (1998): La Casa Urbana Romana y su Ajuar, Museo Arqueológico Nacional, Madrid
García, Alfredo; Algargos, Arte e Historia. Material didáctico para la asignatura de Historia del Arte. Actualizada: 26/12/2009. [Fecha de Consulta: 09/03/2013]. Disponible en: http://algargosarte.lacoctelera.net/post/2009/12/26/la-domus-y-insula-evoluci-n-la-vivienda-urbana-roma